CIUDAD DE MÉXICO.- Marcelo Ebrard impugnó el domingo por la noche la elección de Claudia Sheinbaum como candidata presidencial del bloque oficial y pidió reponer el procedimiento de encuestas ante tantas anomalías.
Este hecho fue inrterpretado por los analistas como una acción de doble fin: quedarse en Morena en tanto se decide el recurso, o bien empezar a preparar su salida y de esa manera justificar su paso a Movimiento Ciudadano para dividir a la oposición y favorecer al oficialismo
El ex canciller envió un documento de 41 págnas a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, que sirve para maldita la cosa y se hizo ciega ante acarreos, uso de recursos públicos y gastos desmedidos, con un sin fin de pruebas para revisión.
Incluye documentos, testimonios, pruebas técnicas y las operaciones realizadas desde el poder, sobre todo de los gobernadores y presidentes municipales morenistas, a favor de la ex jefa de Gobierno y que a su juicio influyeron para ganar los sondeos.
Luego, con base en esos señalamientos, reclamó:
“Declarar la nulidad y ordenar la reposición del proceso interno de Morena para la elección de la Coordinación de Defensa de la Transformación”, como le llaman desde el poder a quien seguramente será la candidata presidencial de Morena, PT y Verde.
El tema nació desde la Comisión Nacional de Encuestas de Morena, donde Ivonne Cisneros se alió con personajes de distinto nivel en las estructuras de gobierno para favorecerla y para orientar los cuestionarios que dieron el triunfo a Sheinbaum.
En especial destaca la influencia de la Secretaría del Bienestar y funcionarios federales de alto y medio nivel mediante el volanteo, la promoción, visitas casa por casa y por supuesto la movilización e inducción de trabajo por parte de servidores públicos.
“Estuvieron presentes diferentes personas servidorasde la nación, realizando las encuetas, con lo que se generó presión en la ciudadanía electoral (sic) para que vortaran por la persona que stos servidores estaban promocionando”.
Hay otros elementos, como el hecho de anunciar a los representantes de Claudia Sheinbaum de dónde se realizarían las encuestas, en tanto se marginaban a los de otras “corcholatas” y razón por la cual no pudieron dar testimonio de la limpieza del proceso.
