CIUDAD DE MÉXICO.- La promesa de año del gobierno en materia de seguridad pública es no dar “ninguna concesión al crimen uniformado”.
Es decir, continuar con la purificación de las corporaciones policiacas en todos los niveles, publicó este miércoles el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
El funcionario no hizo ninguna referencia al crimen organizado, cuya peor expresión la tuvimos en 2019 con muchas matanzas -la de la familia LeBarón es paradigmática de la inseguridad- y la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán en Culiacán.
La historia es pública: se le detuvo con fines de extradición pero los sicarios del Cártel de Sinaloa rodearon unidades habitacionales de militares y sus familias y doblegaron al gobierno: Ovidio se fue y sigue libre.
Escribió en Twitter:
“Iniciamos este año con pendientes y retos. No daremos ninguna concesión al crimen uniformado que protege al crimen organizado”.
También difundió:
“Ampliaremos el despliegue de la Guardia Nacional en 50 nuevas regiones, para alcanzar 200 en este año; reclutaremos 21170 nuevos elementos a fin de fortalecer su presencia en todo el país.
“Mantendremos como prioridad el proceso de maduración organizacional y administrativa”.
También prometió:
“Continuaremos impulsando la reorganización de los penales para combatir al crimen que desde ahí se organiza.
“Trabajaremos particularmente en la implementación del Nuevo Modelo Nacional de Policía y la corrupción para el fortalecimiento de las policías estatales y municipales”.
Su pronunciamiento se da cuando México cerró el año con una matanza de al menos 16 reos en el Centro de reinserción Social (Cereso) de Cieneguillas, Zacatecas.
Ahí se celebraba un partido de futbol para despedir 2019 entre dos bandas rivales y se permitió el ingreso de familiares de los internos para disfrutar la justa deportiva.
Pero ninguna de los grupos delincuenciales se aguantó y aparecieron las armas -¿armas en un penal federal de alta seguridad? ¿Lo creería usted?- con el saldo dado: al menos 16 muertos y un número indeterminado de heridos.
Oficialmente se habla de solamente cinco lesionados.
La información no refiere si hubo detenidos, trasladados a otros lugares para apaciguar el penal o siquiera si se decomisaron las armas utilizadas para la masacre.
En ese contexto se da la promesa de Alfonso Durazo Montaño.
