Palabras en remojo

Como suele ocurrir en tiempos como éstos, en los cuales la ambición se desata y los demonios andan sueltos, aparece la primera propuesta medianamente articulada para crear un ”frente opositor”, una “alianza nacional”, una plataforma común entre aquellos quienes teóricamente poco tienen en común, excepto una necesidad compartida: lograr el poder, ya sea entero o en rebanadas.

No se trata de imponer el reino de la verdad, la justicia y el progreso. No. Se trata nada más, como condición sin la cual lo demás sería imposible —dicen—-, de echar a patadas a Morena. 
Como lo ofreció y cumplió en su tiempo Vicente Fox contra el PRI, con los resultados de todos conocidos. En fin. La cruzada no termina nunca.

No son las alianzas de la redención, de ninguna manera. 

Son, en todo caso, las uniones, los matrimonios de conveniencia al estilo de los viejos reinos de Europa, en cuya historia la sangre mezclada ayuda a mixturar las ambiciones. 

París siempre valdrá una misa, o muchas más.

Las versiones de este anuncio hecho hace unas horas por el PAN, el PRI y el PRD, (cuyo pronunciamiento fue recibido con silbidos y pocas palmas), no parecen pronunciamientos partidistas, sino ocurrencias personales.

Es la política por gravedad: las decisiones se toman arriba y luego se las quiere deslizar y legitimar hacia abajo mediante el convencimiento, la prebenda, la amenaza o la mutua concesión.

Pero vale la pena revisar las versiones separadas del singular planteamiento aliancista sin alianza. Se advierten cosas extrañas.

Todo lo anterior fue escrito, con cambios mínimos en 2017. Hoy, se pone de moda nuevamente hablar de las alianzas, tema frecuente en estas tierras deseen cuando Nezahualcóyotl quería vengan la muerte de su padre a manos de Maxtla el horrible señor de Azcapotzalco. 

Poco ha cambiado desde entonces. Hoy tenemos una nueva triple alianza. 

Y frente a ella, como cuando el fantasma del comunismo recorría el mundo (Marx dixit), se alza otra santa alianza: la del gobierno. Lea usted al pobre de Mario Delgado tan carente de imaginación, tan  obsecuente en el seguimiento del guión presidencial, con sus mismas palabras. 

“(Latinus).- El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, afirmó este domingo que la “mafia del poder” existe y la alianza entre el PRI, PAN y el PRD, para el proceso electoral del 2021, lo confirman. 
 
En un comunicado, el líder de Morena aseguró que el único objetivo de la alianza entre partidos de oposición es defender sus “propios y mezquinos intereses”
 
“Han demostrado a lo largo de los años —con creces y de manera reiterada— que son máquinas de malos gobiernos, de invenciones corruptas como los ‘moches’ y de prácticas inmorales como el despilfarro del erario, por lo que no son dignos de la confianza del pueblo de México”, expresó.
 
“Recalcó que la coalición PRI-PAN-PRD le da la razón a la advertencia del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la llamada “mafia del poder” en el país.
 
“Son lo mismo, conservadores que representan al neoliberalismo rancio, culpable de la desigualdad y la injusticia en México. Son la mafia del poder”, aseveró. 
 
“Mario Delgadodijoque la gente no le dará su voto al “PRIANRD” en el 2021 porque representan un modelo de corrupción y privilegios. 
 
“El sábado, el PANaprobó la alianza con los partidos PRI y PRD para ser un contrapeso de Morena en la Cámara de Diputados en las elecciones del 2021.
 
“El PAN publicó en su página oficial un comunicado en el que señaló que la aprobación de esta alianza fue “por amplia mayoría”  y sólo hubo 16 votos en contra más cuatro abstenciones.
 
“Cortés pidió que la coalición con los otros partidos reconozca la pluralidad de México y que proponga a gente “que no se venda ni se atemorice frente al poder”. Se reservará, dijo, el derecho de vetar a candidatos “impresentables”.

Pero si alguien cree en la cocción de este arroz, debemos decirles, nada esta cocinado todavía. Estos son intentos. Es casi como la historieta de las vacunas. Falta mucho para aplicarlas. 

FELIPA

Por más esfuerzos como hicieron ante la muralla del disimulo, la realidad es una: los parientes hacen negocios con el apellido. Uno como recaudador de dinero; la otra como contratista de Petróleos Mexicanos.

Del dinero Pío, nada se sabe. Del de “Felipa”. tampoco. Si no fueron justos los concursos es lícito el beneficio de ellos derivado? ¿Van a devolver? No lo creo.

María Félix nos lo enseñó cuajada de brillantes y esmeraldas:

“—Lo cáido, cáido”, primo”

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