Nuevo León.- Después de pasar más de tres meses de sequía extrema, Nuevo León sufrió de inundaciones, daños estructurales y hasta muertes, por los días de lluvia consecutivos que se registraron en los primeros días de septiembre.
Las fuertes precipitaciones que azotaron la ciudad no solo provocaron un mayor llenado en el almacenamiento de las presas del estado, sino que calles y avenidas de distintos municipios estuvieron cubiertas de agua, hubo desbordamientos en río y arroyos, muertes y personas desaparecidas.
El gobernador Samuel García informó que las precipitaciones han beneficiado a dos de los principales embalses de la entidad, ya que la presa La Boca, en el municipio de Santiago, está ahora al 61 por ciento de su nivel, mientras que El Cuchillo, en el municipio de China, está al 51 por ciento.
Además, la presa más afectada, Cerro Prieto, ubicada en el municipio de Linares, estaba a un 0.6 por ciento y subió al 7.8 por ciento de su capacidad en los últimos días.
Sin embargo, así como la lluvia ha aliviado la crisis hídrica también ha ocasionado muertes como la de una familia en el municipio de Cadereyta, cuando el vehículo en el que viajaban fue arrastrado por la corriente.
En los hechos murieron cuatro personas, entre ellas, dos mujeres adultas, un hombre adulto y un niño 10 años. Una quinta persona, un hombre de 26 años, logró escapar y notificar de los sucesos.
Con información de Excélsior
