CIUDAD DE MÉXICO.- “México es un desastre”.
La frase del obispo auxiliar Carlos Samaniego expresa en la Catedral Metropolitana resume la opinión de la Iglesia Católica y la campaña con otro dato:
Se aplican medidas dede el gobierno con “fundamentalismos so pretexto de la democracia”.
Dijo el prelado:
“México es un desastre, que se refiere a la falta de astro. Desastre es no tener un guía, una ilusión, un sueño. Una estrella guía al marinero para tener buen puerto y hay veces que no tenemos en las familias, en las instituciones, una estrella que guíe nuestros pasos”.
De ahí pasó a revisar algunas de las políticas instrumentadas desde el gobierno federal, en especial el aborto, contra el cual están abiertamente varias asociaciones religiosas:
“Hay instituciones que andan buscando matar a los niños con el tema del aborto; hay familias que quieren matar al niño”.
A partir de ahí Samaniego criticó al Congreso de la Unión por impulsar la despenalización del aborto y pidió que deje en lugar de tener una visión personal se apoyen soluciones a los grandes problemas de la nación.
Este planteamiento fue respaldado por el semanario Desde la Fe en su editorial.:
“No podemos resignarnos como ciudadanos individuales y menos como sociedad organizada a tener un gobierno que maneja de manera unilateral y unipersonal los grandes problemas de este país”.
El rotativo fustiga una práctica de Andrés Manuel López Obrador, quien fomenta la participación ciudadana para apoyar sus decisiones con un voto “a mano alzada”.
Son “mítines a modo”, sostiene la Arquidiócesis de la Ciudd de Mexico.
Las política aspúbocias, recuerda, debieran estar sustentadas en grandes proyecciones de Estado y con “argumentos razonables y mecanismos verdaderamente democrático”.
