CIUDAD DE MÉXICO.- México entró en recesión.
Los primeros balances del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmaron lo temido: que la economía decreció 0.1 por ciento en 2019.
Esto pasa por primera vez en diez años, cuando el mundo entero entró en crisis, pues desde entonces no se tenía un saldo tan adverso en el Producto Interno Bruto (PIB).
Esta es, también, la marca del indio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien subestima los datos del Inegi e inclusive cuestiona los métodos de evaluación.
Sin embargo, sí toma en cuenta algunos factores porque desde noviembre está esforzado en impulsar las inversiones y desarrollar un plan que saque al país de esta crisis.
En aquel mes, precisamente, dio a conocer un plan de infraestructura por el equivalente a 42 mil millones de dólares, el cual encomendó al jefe de La Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.
En reiteradas ocasiones esta semana ha hablado de nuevos acuerdos de su gobierno con el sector privado y, una vez más, ha sido Romo el designado para conducirlos.
El Inegi destacó que el retroceso final del año pasado fue consecuencia de muchos factores, principalmente por la caída de la producción industrial de 1.7 por ciento.
También las actividades de comercio, transporte y otros servicios se vieron afectadas con un crecimiento bajo de 0.3 por ciento.
Y el sector agropecuario, que durante los sexenios anteriores fue puntal en las exportaciones y en la balanza alimentaria del país, subió únicamente 2.1 por ciento.
Esos aumentos marginales no lograron revertir el retroceso general de la economía.
La información del Inegi era esperada con mucho interés, sobre todo por el comportamiento del cuarto trimestre de 2019, cuyo resumen puede usted ver en la fotografía principal de esta nota.
