CIUDAD DE MÉXICO.- Los porteros fueron los mejores jugadores del clásico América-Cruz Azul.
Guillermo Ochoa evitó la goleada de las Aguilas y Jesús Corona evitó el empate en la última jugada del encuentro.
El cementero detuvo un penal regalado por un empujón temerario del defensa Lichnovsky sobre Bruno Valdez.
El resto del encuentro fue azul.
Hizo 19 remates, la mayoría peligrosos, la mayoría meritorios para el considerado mejor cancerbero, aunque hay opiniones dividas todavía con el veterano Corona.
Los de la Noria iniciaron al frente en todo momento, con jugadas vistosas, desbordes, tiros de toda manera y de todos los ángulos.
Pero se toparon con el mejor portero de la Selección Nacional y de esa manera no pudieron traducir su dominio en un marcador holgado como oo merecían.
Fue culpa de Guillermo Ochoa.
Mantuvo su meta a salvo en todo el partido, excepto al minuto 64, cuando Escobar se fue por la banda derecha, centró eras y tiró Cabecita Rodríguez con tiro a la derecha.
Después hubo golpes, dominio cruzazulino, algunas jugadas más aparatosas que violentas e intentos cremas por superar.
Así se llegó al minuto 96.
Acababa de entrar Lichnofsky y regaló dos faltas, una afuera del área al minuto 96 y luego el penal con empujón a Bruno Valdez.
Tiró Emanuel Aguilera a la derecha pero Jesús Corona adivinó, desvió la pelota hacia el tiro de esquina y se acabó el partido.
El arbitraje de Fernando Guerrero fue polémico por dos razones: primero sacó una tarjeta roja a Adrián Aldrete por una barrida sin tocar a Leo Suáre, que brincó.
Vio el VAR y corrigió.
Luego todos los cronistas -no hubo acceso al estadio- criticaron al unísono el penal marcado a Lichnovsky sobre Bruno Valdez, que ñudo significar el tercer lugar en solitario para el América.
Pero el atajado de Corona le regresa a Cruz Azul el liderato, bien escoltado por el León.
