Los hombres libres como Víctor Flores Olea y Pablo González Casanova nunca viven al amparo de partidos

VÍCTOR FLORES OLEA

Por Eleazar Flores

ACADÉMICO 100%-. Al igual que el otro mexiquense, Pablo González Casanova, el toluqueño Víctor Flores Olea nunca tuvo inquietudes político-partidistas pues su hábitat natural fue la academia, la UNAM y demás.

Seguramente por su desinteres partidista jamás fue manejado como candidato a la siempre peleada gubernatura mexiquense, igual que González Casanova, que llegó a ser rector de la UNAM entre 1970-1972, de raíces tenancinguenses pero la prensa chilanga lo identifica Toluco.

INTERNACIONALISTA-. Víctor Flores Olea nació, creció y se desarrollo en su tiempo, dado que como profesional consolidado, se identificó con el socialismo de los setentas, con un presidente de ideas afines que cooptó a lo más destacado de la juventud universitaria de entonces.

Dos ejemplos de lo anterior son el propio Víctor Flores Olea que inexplicablemente se le ligó más al estado de Guerrero que al de México y desde luego el joven Porfirio Muñoz Ledo de la Vega, inteligente a cabalidad, ahora que después haya pasado a muchos partidos es otra cosa.

La apertura intelectual de Víctor Flores Olea se evidencia cuando como director de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM tuvo en las aulas del recinto universitario a mentes brillantes, de ese tiempo y de siempre, como Herbert Marcuse y Erick From entre muchos otros.

El pensamiento liberal, -sin el neo-, de Flores Olea se quedó en gran parte en las aulas pero algo llevó al poder público, como escritor, ensayista y promotor cultural pues siendo subsecretario de Educación Pública, fundó y fue el primer director del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, CONACULTA, hoy organismo vilipendiado y casi en extinción.

Sin menosprecio a todos los demás cargos en la ONU y la UNESCO, el de mayor relevancia para Víctor Flores Olea seguramente fue el de embajador de la entonces Unión de Repúblicas Soviético Socialistas, URSS, en el régimen

echeverrista al que en su momento, algunos lo ligaron al comunismo, sobre todo los “primos” del norte.

A esto último y a muchos factores más, se debió el hecho de que a Luis Echeverría se le haya frustrado su acariciado anhelo de ser Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

Pero eso es otra historia, lo importante para estos 444 caracteres de hoy es la prolífica vida y obra intelectual y literaria del licenciado toluqueño Víctor Flores Olea, ajeno a la política partidista, tanto como a la clase política mexiquense, que seguramente por ignorancia deja pasar esta fatídica fecha, cuando hasta por cuestión mediática pudo haberla aprovechado.

Seguramente la clase política actual tiene cosas más importantes que recordar a los cuadros valiosos de antaño.

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