ESTOCOLMO.- El premio Nobel de Química 2023 fue entregado a tres investigadores estadounidenses por el descubrimiento síntesis de los puntos cuánticos, representando un importante avance en el área de la nanotecnología.
Moungi G. Bawendi, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Louis E. Brus, de la Universidad de Columbia, y Alexei I. Ekimov, de la Corporación de Tecnología en Nanocristales, fueron los nombres a quienes se otorgó este magno reconocimiento científico.
El anuncio del ganador se dio como cada año en el antiguo edificio de la Bolsa de Estocolmo, el cual ahora funge como sede de la Real Academia Sueca de Ciencia.
El descubrimiento de los investigadores se sostiene en la producción de partículas tan diminutas que sus propiedades se determinan por fenómenos y leyes cuánticas, estas nanopartículas pueden aplicar en varios ambientes, desde luces LED y pantallas hasta en el amo de la medicina, apoyando a cirujanos a la extirpación de tumores.
La entrega del Premio Nobel de Química se remonta al año 1901 al conceder el primer galardón a Jacoubs Henricus van´t Hoff por su descubrimiento de las leyes de la dinámica química y la presión osmótica, otos nombres conocidos en al categoría son Marie Curie, que lo recibió en 1911 y Linus Carl Pauling en 1954.
El valor de los Puntos Cuánticos
Las propiedades de un elemento se miden de acuerdo a la cantidad que posea, en el caso de que la materia se reduzca a diminutos tamaños, se apegaría al área de las ‘nanodimensiones’, aquí se producen fenómenos cuánticos, pero el estudio era poco, pues no se contaba, hasta este momento, con los recursos tecnológicos.
Los puntos cuánticos se pueden definir como nanocristales semiconductores, midiendo alrededor de 2 y 10 nanómetros de diámetro.
Algo característico de estos putos es que al estar en expuesto a cualquier iluminación expulsaran la misma luz en frecuencias de salida específicas correspondientes a sus tamaños, en este caso mientras más pequeño sea el punto, mayor será la frecuencia de salida emitida y sus propiedades serán más observables.
Los tres investigadores sostienen que este descubrimiento puede aplicarse más allá de solo la tecnología LED o en tejidos biológicos, sino que también puede aplicarse a la electrónica flexible o a la comunicación cuántica cifrada.
