Por JOSÉ UREÑA
Xóchitl Gálvez no deja de ser noticia.
Aquí le damos las novedades:
1.- El gobierno ha establecido un rígido sistema de vigilancia que en ocasiones le impide tener actividades personales y no se diga proselitistas.
Un dato: cuando el fin de semana visitó el proyecto de refinería de Dos Bocas, moría de calor y sus anfitriones la invitaron a una cerveza.
No pudo beberla en libertad porque le tomaban fotos y sin duda hubiesen sido el escándalo de desprestigio tan esperado por el gobierno.
2.- A pesar de ello, rechaza contratar un cuerpo de seguridad propio.
Terca como es, insiste en viajar sola en la Ciudad de México en una bicicleta eléctrica “porque en auto tardo mucho y en bicicleta de pedal jamás llegaría”.
3.- También rechaza utilizar un vehículo blindado “porque no va conmigo. No debo nada y cuando eso suceda no me reconocería”.
Con algo peor: no acepta viajar en la parte posterior de la camioneta. “Yo voy adelante, como copiloto, aunque sea un blanco más fácil si alguien me quiere atacar”.
No lo dice ella, pero sí los expertos en seguridad: desde ahí tiene dos ángulos si atentan contra ella, el delantero y por la ventanilla derecha”.
FRENTE FAMILIAR
En otro aspecto, lleva la delantera.
Ya le desquició el esquema de Andrés Manuel López Obrador de su partido personal, Morena, y de la alianza conformada con el Verde y el PT.
Ha aparecido para dar vida a una oposición muerta todo el sexenio, aunque también está en la mira de Palacio Nacional, las corcholatas y su gran aparato mediático.
-Sé qué viene, pero estoy decidida a enfrentarlo.
Se lo dijo a su marido cuando, al sentir el aguijón presidencial por ser considerada la candidata del gran capital, de Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón, Claudio X González y todos los fantasmas de López Obrador.
-Seguiré adelante -contestó a su esposo, mientras su hijo le pidió reconsiderar y su hija le ofreció su total respaldo bajo un voto de confianza: “Tú puedes”.
Dado su carácter, va la apuesta: no abandonará al frente Va por México.
TRES DISYUNTIVAS
Aupada por la negativa de Andrés Manuel López Obrador de recibirla en Palacio Nacional, hoy tiene muchas alternativas.
La principal, obvio, es ser abanderada del Frente Amplio por México con el respaldo de tres partidos, PAN, PRI y PRD.
Pero si no vence sobre todo la resistencia al interior de Acción Nacional, tiene la opción de presentarse como candidata de la sociedad civil.
Debería recibir el registro si PRI y PRD la apoyan o, junto con el PAN, cumple el compromiso de abrir espacio a la gente para democratizar la postulación.
Pero también tiene la oferta de Movimiento Ciudadano, de cuyo dirigente Dante Delgado es amiga desde hace tiempo e inclusive han tenido cruzadas juntos.
Ayer ese ánimo se encendió cuando Clemente Castañeda, dirigente emecista en San Lázaro, habló de darle el apoyo a Xóchitl Gálvez.
Pero luego Dante Delgado siguió con su política de negarse a formar un frente anti gobierno -en realidad antiobradorista- con un tuit muy preciso:
“En MC siempre hemos estado abiertos al debate. Lo que está fuera de toda discusión es que con el PRI ni a la esquina. Y con el Titanic de la Alianza tampoco”.
O sea, nada contra López Obrador.
