Las misas católicas para realizar bodas, bautizos y primeras comuniones entre familiares de presuntos criminales, son el terror de los sacerdotes en San Luis Potosí, donde muchos son raptados para efectuarlas en contra de su voluntad.
Por lo anterior, integrantes de células delictivas tienen atemorizada a la comunidad de la iglesia católica en San Luis Potosí, donde han sido recurrentes las denuncias de la feligresía y curas, a quienes llevan a realizar las homilías en propiedades privadas.
Ante estos hechos, el vocero de la Arquidiócesis potosina, Tomás Cruz Perales, admitió que hay preocupación por los señalamientos de la comunidad en municipios como Tamuín y Tamasopo, de la zona Huasteca.
“Sí ha habido situaciones en las que hay ese tipo de exigencias por personas que pertenecen al crimen organizado», puntualizó.
Los párrocos no cuentan con seguridad extraordinaria que pueda salvarlos de hechos de esta naturaleza, por lo que terminan accediendo para salvar su vida.
Respecto a la posibilidad de que los responsables de estos hechos den aportaciones a las iglesias, rechazó que estén en condiciones de aceptarlas.
“La Iglesia Potosina jamás ha recibido limosnas de estos grupos; el dinero ensangrentado no puede ser usado en obras de caridad”, dijo finalmente.
