CIUDAD DE MÉXICO.- México se encaminaste fin de semana hacia el endurecimiento de las medidas restrictivas para contener la expansión del coronavirus.
Para este fin de semana habrá reuniones de emergencia en varios frentes a fin de decidir qué hacer tras el súbito incremento de casos confirmados de un día para otro.
De jueves a viernes creció la incidencia de 15 enfermos detectados a 26, mientras aumentan las voces que reclaman una política de Estado para evitar mayores contagios.
La medida que se ha tomado en todos los, de China a Europa, de Italia a Estados Unidos e inclusive en El Salvaor y Argentina, es el cierre de fronteras y la prohibición de actos multitudinarios.
Pero en México Andrés Manuel López Obrador no lo considera necesario y tampoco el vocero matutino y vespertino, dedicado a controlar el ánimo social.
Se trata del subsecretario Hugo López-Gatell, quien se enfrenta a la férrea oposición presidencial para asumir políticas drásticas como si lo han hecho los jefes de Estado de varios lugares.
Inclusive ya está la voz de varios gobernadores -el oaxaqueño Alejandro Murat canceló el medio maratón aunque ello le significara dejar de recibir turistas de 13 países- y hasta ya se decidió posponer el Tianguis Turístico en Yucatán.
A estas decisiones unipersonales se sumará la propuesta del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, quien con su equipo analizará la conveniencia de cancelar clases.
Si fuere el caso, México podría ingresar a la fase dos, prevista inicialmente para cuando se dieran los contagios dentro de la poblacón mexicana y no no por Covid 19 importada.
Originalmente, según los cálculos de la Secretaría de Salud (SSA), este incremento de afectados con coronavirus se daría hacia finales de marzo, pero todo se ha adelantado.
Tal vez sólo así convenzan los expertos a Andrés Manuel López Obrador, quien se resiste a tomar medidas que afecten la economía maltrecha con malas decisiones internas y amenazas externas.
Los problemas comenzaron con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que inutilizó más de diez mil millones de dólares y la vista al futuro.
La canceló por nuevas pisas en la base militar de Santa Lucía mientras la economía se hundía y registraba en 2019 un ridículo saldo negativo -menos 0.1 por ciento- cuando el había prometido cuatro puntos porcentuales de producto interno bruto.
Y ahora Barclays y Moody’s han reducido sus previsiones para México hacia el 2020 a menos dos -(-2) y menos 2.3 puntos (2.3) por ciento, respectivamente.
Pese a ello, el optimismo presidencia se mantiene y justo mientras se anunciaban esas caídas, él habla a de condiciones para el crecimiento, de finanzas sanas y de un futuro promisorio ante los banqueros mexicanos.
