CIUDAD DE MÉXICO.- El crimen organizado pudo haber pensando que si José Noriel Portillo Gil, El Chueco, era asesinado, los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) saldría de la sierra tarahumara, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su conferencia matutina de este viernes, el mandatario federal confirmó que la propuesta que hizo la delincuencia fue entregar los cuerpos de dos jesuitas, un jugador y un guía turístico, presuntamente asesinados por El Chueco, a cambio de la salida del Ejército de esa zona entre Sinaloa y Chihuahua. Sin embargo, agregó López Obrador, su gobierno rechazó la propuesta.
“Lo ajusticiaron no sabemos, a lo mejor pensando que con eso, se iba a terminar la búsqueda (de los cuerpos de sacerdotes) e iban ya a salir los elementos que están ahí desde el primer día.
“Le digo a la gente de la sierra que la protección seguirá el tiempo que sea, es como el tiempo que ha estado la Guardia Nacional cuidando el Metro.
Antes de encontrar a esta persona asesinado se había registrado la detención de un número importante de integrantes de su grupo”, señaló.
Además, lamentó la situación porque hubo complicidades, y se descubrió que este señor era patrocinador de un equipo de beisbol. Cuando comete el asesinato, uno de los fallecidos lo conocía porque le dice: ‘no hagas esto, y aun así lo ejecuta’, entonces era una gente conocida.
Que hicimos, pues desde el primer momento actuamos, fue la Guardia Nacional, fueron elementos de la Defensa, se inició la búsqueda, nos mandaron a decir que si salía el Ejército iban a entregar los cuerpos, y dijimos no, ya se había buscado y no estaban los cuerpos, y de repente aparecieron los cuerpos por donde ya se había buscado.
Cambiaron de parecer porque la propuesta era: entregamos los cuerpos y dijimos no”, aseguró.
Portillo Gil era buscado por las autoridades por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Salazar Mora.
El Chueco fue encontrado muerto en la población de Choix, Sinaloa, el pasado 22 de marzo y había sido identificado por una de sus hermanas. Un día después, este jueves, los estudios de ADN confirmaron que se trata del asesino a sueldo quien ultimó el pasado junio a los religiosos en la localidad de Cerocahui, en zona montañosa de Chihuahua y al prestador de servicios turísticos.
