Chivas recompuso a tiempo, este sábado venció al Atlas y aseguró su pase directo a la Liguilla

GUADALAJARA, Jal., 27 de abril de 2024.- Cuando el Piojo impactó con el pie izquierdo, la pelota parecía conocer el glorioso destino que le esperaba. Su viaje fue perfecto.

El que lo vuelo del arquero fue meramente anecdótico. Las redes se movieron con un golazo que servía primero, para darle a Chivas el orgullo de vencer al Atlas en el Clásico Tapatío, por 1-0. Pero también le dio el pase directo a Liguilla del Torneo Clausura 2024 y el pase a la Copa de Campeones de la Concacaf 2025. Noche redonda.

Guadalajara llegó al encuentro ya sabiendo que el triunfo le ponía en Cuartos de Final. Si vencía a su acérrimo rival, evitaría el play in. Pero el duelo por el orgullo de la ciudad nunca es sencillo. Los Zorros dieron el primer aviso del encuentro, apenas al minuto 1, con un reate dentro del área de Jeremy Márquez, que Raúl Rangel atajó tendiéndose a su derecha.

Poco después, respondió el Rebaño Sagrado, que esta noche vistió de blanco. Pavel Pérez lanzó un centro por izquierda. Desvió la defensa. Camilo Vargas se tendió para evitar el autogol. El partido ofrecía emociones en ambos arcos. Jhon Murillo llegó a línea de fondo y lanzó una diagonal. Raymundo Fulgencio prendió de primera. La redonda se fue desviada, al ‘15.

Chivas tocó la puerta con seriedad al minuto 21, cuando Ricardo Marín recibió en la orilla del área, de espalda al arco. Se dio la media vuelta y soltó un zurdazo cruzado, potente, abajo, donde más le duele a cualquier arquero. Camilo Vargas reaccionó y se tendió a su izquierda para desviar. Atajadón del colombiano. Se mantenía el 0-0 en el Jalisco.

Entonces, Guadalajara se adueñó del trámite y de la pelota. Al ‘33, Isaac Brizuela recorrió de derecha al centro para sacar un zurdazo que se fue desviado. Tres minutos después, Pável Pérez probó de chilena, pero la redonda no tuvo dirección de arco. Y al ‘42, el mismo Pável se animó desde fuera del área. La bola se fue por un lado.

En el tiempo agregado, vino un balón parado. Roberto Alvarado tocó al centro para Fernando Beltrán. El Nene tocó profundo, cargado a la derecha. Erick Gutiérrez entró sin marca. De cabeza puso, la pelota al centro. En el área chica, Ricardo Marín apareció para empujar al fondo. Celebraba ya la tribuna. El asistente tenía la bandera en alto. El gol se anuló por fuera de juego del Guti.

En el arranque de la segunda parte, los Zorros por fin volvieron a generar peligro. Apenas al ‘49, Jhon Murillo tomó el esférico fuera del área. Se animó a soltar a pierna. Disparo potente, que Raúl Rangel se estiró para desviar a tiro de esquina. Podía percibirse tensión en el Clásico. Dos equipos que no querían perder este duelo que el orgullo de por medio.

La parcialidad rojiblanca se puso de pie para ovacionar a Javier Hernández cuando entró de cambio, al ‘63. Fue el reencuentro de Chicharito con el Estadio Jalisco, el mismo lugar donde debutó marcando gol, el ya lejano 9 de septiembre de 2006. Sustituyó al Conejito Isaac Brizuela, que además de su lugar, le cedió también el gafete de capitán.

Guadalajara estaba decidido a buscar el triunfo que necesitaba para calificar directo. El partido lo cambiaría una genialidad del mejor hombre del Rebaño Sagrado. Roberto Alvarado recibió fuera del área. Incómodo porque tenía encima la marca de Rivaldo Lozano. Pero se lo quitó de encima, para perfilarse de frente al arco. Parecía lejos.

Para el Piojo no hay imposibles. De lejos, soltó la pierna izquierda. Parábola perfecta. El viaje de la pelota era acompañado por ese dulce sabor que antecede a la gloria. Voló Camilo Vargas. Por algo es uno de los mejores porteros de México. Pero a esa bola no llegaba nadie. Las redes se estremecieron. Golazo de Alvarado, al ‘74.

Mientras los futbolistas celebraban en la esquina del campo, la grada enloqueció. El Jalisco vibró como durante los 50 años que fue casa de Chivas… Quizá nunca ha dejado de serlo. Los aficionados rojiblancos cantaron, saltaron, se abrazaron. Se dejaron envolver por ese dulce sabor a gloria que acompañó el balón desde que salió del botín izquierdo del Piojo.

Los minutos finales se manejaron con inteligencia. Guadalajara necesitaba esa victoria a toda costa. El último silbatazo dio rienda suelta a la algarabía de la grada. Chivas consiguió su quinta victoria consecutiva. Cerró el torneo con 31 puntos y en este momento es quinto de la tabla. Está calificado directo a Cuartos de Final. También tiene un boleto para la Concacaf del próximo año. Por si fuera poco, es dueño de la ciudad. Noche redonda. Noche rojiblanca.

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