MONTERREY, NL.- Tuvo muchas dificultades para plantarse en la cancha y conservar el invicto.
Pero las Chivas Rayadas del Guadalajara no merecían una derrota de escándalo ante los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
La culpa la tuvo Oribe Peralta, un jugador cuya época profesional parece haber pasado porque se le nota lento, sin ubicación en la cancha y, lo peor, muy lejos del gol.
Esta noche tuvo el balón a menos de un metro de la portería de Nahuel Guzmán, con él desbocado y el marco a su merced… pero le pegó mal y falló la oportunidad.
Los universitarios ganaban 2-0 y eso hubiese presentado un partido distinto, con unos tapatíos al frente, ambiciosos, de repente con destellos y dignos de mejor suerte.
Pero el fútbol no es de suerte y, aunque no la tuvo ninguno de los dos cuadros durante la primera mitad, en la segunda Luis Quiñones mandó un centro al área para Enero Valencia.
El 1-0 cambió el panorama.
Ocho minutos después se marcó un penal cuestionable De Molina sobre André-Pierre Gignac, quien se encargó de poner el 2-0 con engaño a Antonio Rodríguez y transitar por un mar tranquilo el resto del tiempo.
Todavía las Chivas tuvieron capacidad de reacción y abrieron la defensa tigre, pero el fallo de Uribe Peralta acabó con la competencia de la noche regiomontana.
A continuación vino otra oportunidad para la UANL.
Fulgencio habilitó a Enner Valencia y éste centró en diagonal hacia atrás para un remate fácil pero muy bien cruzado a la derecha de Antonio Rodríguez por André-Pierre Gignac.
Era el minuto 71 y ya no había duda: Guadalajara perdió su invicto, vuelve a cuestionarse la permanencia de Fernando Tena y Tigres empieza a encaminarse en el torneo.
