GUADALAJARA, Jal..- Atlas necesitaba una remontada con tintes heroicos y exactamente eso fue lo que consiguió. La desventaja de 4-1 que sacó en la ida, hacía pensar a muchos que sus ilusiones habían muerto en la Liga de Campeones de la Concacaf. Pero este martes, el conjunto Rojinegro jugó su mejor partido del semestre y venció al Olimpia de Honduras por 4-0 en el estadio Jalisco. El 5-4 global le dio el boleto a los cuartos de final.
Con la obligación de ir por tres goles y no recibir ninguno para seguir con vida en el certamen regional, los Zorros se lanzaron al frente desde el silbatazo inicial. Amos y señores del primer tiempo, que sólo tuvo un equipo en la cancha. Al ‘6, Brian Lozano hizo la jugada individual por izquierda y superó la marca. Mandó un centro que dejó solo y de frente al arco a Julián Quiñones. De forma increíble, el colombiano remató desviado.
Poco después, Brian Lozano se paró frente al balón para patear un tiro libre cargado al costado derecho, muy cerca de la media luna. Zapatazo de pierna derecha, que superó a la barrera, pero pasó apenas encima del travesaño, al ‘13. Después, al ‘23, Brian Lozano cobró un tiro de esquina. A segundo poste, Anderson Santamaría puso con la testa el balón en zona de peligro y Gaddi Aguirre apareció para un segundo cabezazo que pasó a centímetros del poste.
La insistencia al fin tuvo recompensa, gracias a una pelota mal rechazada por la defensa visitante. La pelota fue entregada a pies de Luis Reyes, quien levantó la mirada y lanzó un extraordinario centro. Julián Quiñones entró con todo el impulso. Prendió un cabezazo implacable que terminó en las redes. Fue el 1-0 del Atlas, al ‘37. La tribuna del estadio Jalisco, abierta solo en la planta baja, se encendió con la esperanza de remontar.
El segundo de la escuadra local estuvo muy cerca. Los visitantes defendían como podían, completamente ahogados en campo propio. Al ‘44, vino el centro desde la derecha, cabezazo potente de Julio Furch, que el portero Endrick Menjivar tapó con los pies, sobre la línea de gol. Se salva el conjunto centroamericano, antes del descanso.
En el arranque de la parte complementaria, el Olimpia por fin se sacudió un poco el intenso dominio rojinegro. Al minuto 47, Kevin López soltó la pierna de fuera del área. Derechazo potente que prometía convertirse en un golazo. Camilo Vargas voló de forma espectacular y alcanzó a tocar el esférico, que se fue a tiro de esquina. Susto importante para los Zorros.
Pero después, el partido recuperó la inercia del primer tiempo. Atlas se adueñó por completo de la redonda. El tiro de esquina viajo desde el costado derecho, al minuto 61. La defensiva visitante no fue capaz de despegar. El esférico quedó suelto en el área. Ozziel Herrera estuvo atento para rematar con fuerza. Las redes se estremecieron de nuevo con el 2-0 del cuadro local.
La grada del estadio Jalisco explotó. La remontada y el pase a los Cuartos de Final de la Liga de Campeones de la Concacaf estaba a sólo un gol de distancia. Por si fuera poco, el cuadro hondureño apostó por una estrategia muy peligrosa: defender con todos sus hombres en campo propio. La iniciativa era toda de los Rojinegros.
Al minuto 76, Aldo Rocha tomó un balón fuera del área. Dio vuelo a la pierna derecha. El disparo superó el vuelo del portero visitante, pero pegó en el poste. El rebote quedó en el área. El propio capitán del Atlas se lo encontró de nuevo. Con el arco desprotegido, mandó la redonda directo a las redes. Explotó el Coloso de la Calzada Independencia, con el 3-0.
Era el 4-4 global, que le daba el pase al conjunto mexicano, por el criterio de gol como visitante. La escuadra hondureña moría de muy poco. El equipo aguerrido de la ida, simplemente no llegó al segundo encuentro de esta serie. Los minutos se diluyeron y todavía en el tiempo agregado, Julián Quiñones encaró al arquero y definió de gran forma el 4-0 definitivo. El silbatazo final decretó la hazaña de los Zorros que se levantaron de un 4-1 y ahora están en cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, donde enfrentarán a Philadelphia Union.
