MINATITLÁN, Ver.- Andrés Manuel López Obrador ridiculizó su discurso y advirtió a los mexicanos que “no hay medias tintas”: o se está con su proyecto o se está contra él.
Lo hizo cuando se ha ahondado el enfrentamiento con el gobernador jalisciense Enrique Alfaro, a quien apoyó públicamente el escritor Enrique Krauze.
En apoyo de su posición, invoca valores universales como la honestidad, la lucha contra la corrupción y contra los privilegios mantenidos “por algunos cuantos”.
Sin citarlo, dijo que hay quienes desde “un velo de intelectualismo” o desde cargos públicos buscan proteger el régimen de los privilegios a costa del sometimiento de los pobres.
Es su eterno discurso.
He aquí sus frases:
“Que bueno que se definan, nada de medias tintas, que cada quien se ubique en el lugar que corresponde, no es tiempo de simulaciones o somos conservadores o somos liberales, no hay medias tintas”.
Sin más argumento:
“Se está por la honestidad y por limpiar a México de corrupción o se le apuesta por qué se mantengan los privilegios de unos cuantos””.
El tabasqueño estuvo en Minatitlán para supervisar los trabajos de rehabilitación de la refinería, a la cual se dedican parte de los 25 mil millones que se destinan aunque los especialistas vean poco futuro a la explotación y refinación tradicionales.