Algo maligno viene por aquí…

Algo maligno viene por aquí…

Por RAFAEL CARDONA

El título original de esta frase le corresponde a Ray Bradbury. Un relato sobre la eterna pugna entre el bien y el mal.

Este autor, célebre por sus fantasías espaciales y sus dulces marcianos es también un notabilísimo narrador de horrores y misterios. Y el nombre de su obra, “Something wicked this way comes”, bien puede utilizarse para el proceso electoral del muy cercano año 2024.  

El escenario no podría ser peor. Si muchos ciudadanos se movilizaron masivamente (una masa pequeña, es cierto, de 300 o 400 mil personas), en defensa del Instituto Nacional Electoral sistemáticamente acosado como institución bajo el pretexto de un pleito con su ex presidente, Lorenzo Córdova y el consejero Ciro Murayama, el conflicto permaneció aunque ambos personajes terminaron sus periodos.

Entonces ya no tenía sentido gritar el INE no se toca. La sustitución normal de los consejeros permitió meterle mano (y pie), sin recursos para evitarlo: Morena colonizó al instituto sin aspavientos.

Y para hacerlo el oficialismo impulsó a una señora  de escasas o quizá demasiadas luces –Guadalupe Taddei–, para operar o simular dentro del Instituto. Ha sido incapaz de hacer siquiera los nombramientos fundamentales, como la secretaría técnica.

Inhábil no sólo para expedir en la institución propuestas consensuadas, sino hasta para disimular su dependencia con el Ejecutivo. El resultado, hasta hoy, no puede ser peor: internamente el Instituto es una olla de grillos donde no hay capacidad operativa.

Y en los últimos días del año, otro boquete.

El más reciente golpe a su funcionalidad –o por lo menos a su normalidad –, fue la renuncia de los expertos en informática cuyo trabajo es lograr el programa de resultados preliminares, entre otros.

“…Se trata de Jorge Torres, coordinador General de la Unidad Técnica de Servicios de Informática, y Carmen Gloria Pumarino, encargada del Despacho de la Dirección Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral Nacional.

“La primer área (AN) se encarga de administrar las tecnologías de información y comunicaciones en el Instituto”.

La Unidad Técnica de Servicios de Informática “tiene a su cargo los programas y las herramientas claves para el proceso electoral… como la administración de la aplicación móvil para que aspirantes independientes recolecten firmas, así como los programas de voto electrónico y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP)

Frente a esa circunstancia la señora Taddei simplemente alza los hombros y posterga un control inexistente mientras contraviene hasta sus propias sugerencias como ocurrió en días recientes:

“…(19 dic) Tres días después de que se aprobara el acuerdo que la obliga a presentar propuestas para ocupar altos cargos vacantes en el Instituto Nacional Electoral, la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, sólo propuso a sus colegas dos nombres para la Secretaría Ejecutiva, y recurrió a las mismas personas que han ocupado esa oficina como encargados de despacho desde que ella llegó a la presidencia: Miguel Ángel Patiño y María Elena Cornejo…”

Y después los abandonó.

“… (AP) Según el acuerdo aprobado el pasado 16 de diciembre por una mayoría de seis consejeros contra cinco, –y con la oposición de Taddei–, la consejera presidenta dispone de 30 días para proponer a un titular para la Secretaría Ejecutiva y titulares en ocho áreas estratégicas para la buena marcha del proceso electoral 2024”.

El único misterio en este asunto consiste en dilucidar el origen de tanta ineptitud. ¿De veras la señora Taddei es una incapaz de tomo y lomo o simplemente entorpece las cosas porque así le conviene al oficialismo cuya estrategia electoral, además de la compra de votantes a través de programas sociales, es pescar en el río revuelto?  

Y para eso se necesita revolver las aguas, como ocurrió con el Tribunal Electoral, cuyo canibalismo puso en la presidencia  a una seguidora de la 4-T llamada Mónica Soto (no confundir con Mónica Soto Icaza, erotómana literaria), quien llegó al abordaje con el cuchillo pirata entre los dientes.

Todo eso se comprende con una abierta confesión de parte. Dijo el señor presidente hace unos días:

“ (Dic 18).- …Sostengo, sobre los organismos electorales en el país, no de ahora, de tiempo atrás… No les tengo confianza, es como los del Poder Judicial…”.

Un refrito de lo dicho en febrero:

“…Yo necesito tener todos los elementos porque no le tengo confianza al Tribunal, pero tampoco le tengo confianza al INE…” 

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