SAN SALVADOR.- Este sábado llegaron a El Salvador los restos de Victoria Salazar, refugiada humanitaria que fue asesinada siete días antes por policías municipales de Tulum, Quintana Roo.
La noticia fue difundida por el presidente Nayib Bukele, quien prometió cumplir la oferta inicial de cuidar por las dos hijas de la víctima de la barbarie en la zona turística del Caribe Mexicano.
Es decir, estarán bajo protección del Estado las menores de 15 y 16 años, quienes a su vez eran agredidas y fueron violadas por la pareja mexicana de Victoria Salazar.
Este sujeto ya se encuentra preso y será juzgado por abusar de las dos adolescentes.
El cadáver fue recibido por Rosibel Salazar, la madre de la mujer salvadoreña, quien recibió la certidumbre de recibir manutención y recursos para ofrecer estudios a las hijas de Victoria.
Todavía están las investigaciones en curso sobre el delito, pero de momento los cuatro policías participantes ya fueron ligados a proceso y enfrentarán un juicio que los mantendrá decenios en la cárcel.
Según sus primeras versiones, detuvieron a la centroamericana porque estaba intoxicada -alcoholizada y drogada- y escandalizaba en la vía pública.
Sin embargo, la agredieron físicamente y fue precisamente una mujer la que la tumbó, la esposó, la sometió, le hincó la rodilla en el cuello, le rompió varias vértebras hasta asfixiarla.
El reporte policial habla de uso excesivo de fuerza, punto de partida en las investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo.
Del tema saca raja política el gobierno mexicano, pues la cancillería aseguró que esta desgracia ha servido para fortalecer la amistad entre las dos administraciones.
Es resultado de una coordinación con el interés primario de repatriar los restos de la mujer asesinada por una policía que no tenía trabajo e ingresó a la corporación municipal sin ninguna capacitación.