WASHINGTON.- Tras cuatro muertos, muchos desmanes y la amenaza de una insurreción, esta madrugada se pefilaba la cdertificación de la victoria de Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Fue una jornada triste para la democracia con una revuelta de violentos armados que tomaron el Capitolio, obligaron a suspender la sesión del Congreso y generó violencia e incertidumbre por horas.
En ese ambiente, quien tomará posesión el 20 de enero como mandatario de la principal potencia del mundo dijo que esa no era protesta azuzada por Donald Trump, sino una insurrección.
Pidió al magnate dejar de provocar, atentar contra la Constitución, la democracia y Estados Unidos y dar un paso al frente para dar curso a la historia de la transición.
En respuesta, Trump publicó un tuit para pedir a sus seguidores que dejaran la violencia a un lado, pero a la vez insistió en ser el ganador y asegurar que no dejará que le roben la elección.
Desde el Capitolio, donde en la mañana avanzaba la certificación, fueron rescatados el presidente electo Joe Biden y su compañera de fórmula, la futura vicepresidenta Kamala Harris.
Tras la confusión, la Guardia Nacional asumió el control mientras la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, declaró la emergencia por al menos 15 días ante el riesgo de nuevas provocaciones de Trump y sus huestes.
Una vez reanudada la sesión para terminar el conteo electoral, con un Senado dirigido por el vicepresidente Mike Pence -quien se negó a maniobrar contra Biden-, los trabajos continuaron con llamados a la unidad y a respetar la democracia sin violencia.
Inclusive viejos políticos republicanos Mitt Romney subrayaron que “Joe Biden ganó y Donald Trump perdió. No es grato, pero yo también he pasado por esas cicunstancias”.