CIUDAD DE MÉXICO.- Fueron tres caídas.
Como Jesucristo en su calvario, podría decirse.
Porque Joe Biden es un católico y muy pracrticante, el segundo presidente de Estados Unidos con esa religión.
Iba de Washington a Atlanta para lo cual abordó el avión Air Force One.
Primero trastabilleó y se paró.
Luego volvió a resbalarse y volvió a ponerse de pie.
Bueno, lo intentó porque no pudo y debió verse postrado en las escalerillas del avión mientras la guardia del Servicio Secreto lo veía a distancia.
Ningún elemento puede, por disposición institucional, moverse de su saludo a la investidura del jefe de la Casa Blanca.
Pero vino una tercera caída y como pudo se levantó el mandatario setentón.
Se sacudió el pantalón y continuó su paso hacia el interior del avión dedicado al presidente de la mayor potencia.
Más tarde la Casa Blanca informó que no hubo consecuencias.
Que los golpes fueron leves y que el presidente Joe Biden se encuentra en magníficas condiciones.
Así lo testificó su cuerpo médico luego de revisarlo en el interior del Air Force One.