GUADALAJARA, Jal.- Siete gobernadores tomaron la decisión conjunta de separarse de la política del gobierno federal en el manejo del coronavirus y su estrategia de semáforos.
Esto se da luego que por la mañana en Palacio Nacional se mostró un país completamente en rojo intenso, pese a lo cual se dio autorización para reiniciar algunas industrias.
En especial se permiso para reanudar las actividades automotrices, mineras, aerospaciales y autopartes, sobre las cuales ha presionado el gobierno de Donald Trump.
Su propósito es restablecer las llamadas cadenas de valor a fin de abastecer al mercado estadounidense y, en el aso de la minería, suministrar insumos al Departamento de Defensa y la producción militar.
Tras mucha polémica, varios gobernadores se han inconformado e inclusive confrontado a las autoridades federales por su falta de congruencia en las decisiones.
Hoy celebraron la novena reunión el grupo de mandatarios formado inicialmente por Tamaulipas (Francisco García Cabeza de Vaca), Nuevo León (Jaime Rodríguez), Jalisco (Enrique Alfaro) y Coahuila (Miguel Riquelme)
A ellos se sumaron hoy los de Durango (José Rosas Aispuro), Colima (Jose Ignacio Peralta) y Michoacán (Silvano Aureoles). Se reunieron en Colima bajo la anfitriona de Peralta.
Hubo inconformidad porque se pretende activar la economía a pesar de que el crecimiento de contagios y muertos va en ascenso y no con la curva aplanada, como presumen Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario Hugo López-Gatell.
Tras el encuentro donde se rechazó la política de semáforos y reapertura, el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca dijo que ese juguete de semáforos sólo “tiene el propósito de responsabilizar a los estados ante la emergencia de coronavirus”.
No calificó al movimiento de rebelión, pero anunció que, ante el desorden, cada entidad hará la apertura de manera gradual y por su cuenta, sin poner en riesgo a la población.
A su fez, el jalisciense Enrique Alfaro, cuya foto subida a Facebook ilustra esta información, dijo que no fueron consultados por la federación para emitir la cuestionada política de semáforos.
El coahuilenses Miguel Riquelme de plano dijo que esa herramienta no se aplica en Coahuila.
El más severo fue Alfaro, quien llamó “cinismo” lo expuesto por el gobienro federal y en especial López-Gatell porque presentan 31 estados en rojo subido -sólo Zacatecas aparece en naranja- y aun así programan su denominada “nueva normalidad”.
Esto no significa, aclaró, que haya ánimos separatistas de los gobernadores, un rompimiento con el gobierno de López Obrador por el que varios se han manifestado por no coincidir con sus políticas.
