CIUDAD DE MÉXICO.- Ni con el salario mensual del presidente Andrés Manuel López Obrador podría su hijo José Ramón López Beltrán rentar la casa que ocupaba en Houston, Texas.
Keith Schilling, alto ejecutivo de Baker Hughes, cobraba al angelito seis mil 187 dólares mensuales -unos 127 mil pesos-, cantidad muy superior a la que el tabasqueño condena a la alta burocracia.
Esta información está revelada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) tras el reportaje popularizado por la agencia Latinus, del periodista Carlos Loret de Mola.
Originalmente se informó sobre contratos y ampliaciones -justo cuando José Ramón López Beltrán habitaba la mansión del directivo de Baker Hughes- era de 109 millones de dólares con Petróleos Mexicanos (Pemex).
Pero no.
Le siguieron otras asignaciones (contratos sin concursar y no siempre bajo estrictas medidas de transparencia) por 194 millones de dólares más, unos tres mil 900 millones de pesos.
Y curiosamente, según descubrimiento de la periodista Peniley Ramírez en el diario Reforma, esos compromisos se dieron durante el tiempo que José Ramón Lópe Beltrán habitaba la residencia con su esposa Carolyn Adams.
Ella, según cree el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene dinero y los recursos no son de su descendiente y por lo tanto no hay conflicto de interés al haberle dado a Baker Hughes contratos de Pemex.
Pero Peniley Ramírez rebate toda esta información con un dato cierto: las leyes estadunidenses obligan a presentar toda la información de “personas políticamente expuestas”, como se designa a políticos de todo el mundo, y López Obrador lo es.
A partir de los nuevos descubrimientos, Carlos Loret de Mola asienta que este conflicto de interés apesta y que se difundirán más datos altamente comprometedores para el presidente y su discurso de honestidad y transparencia.