ES LA IGLESIA, SANCHO
Por Eleazar Flores
¿LA ESCUCHARÁN?-. Sin desperdicio alguno el mensaje editorial del semanario católico dominical “Desde la Fe” del pasado domingo 12 pero que tiene vigencia pues aborda asuntos y dice verdades que a muchos incomodarán por poner los puntos sobre las íes, salvo su mejor opinión.
Conste que la iglesia católica como muchas más, es víctima de la pandemia desde el momento de suspender sus oficios religiosos y dejar de recibir limosnas, pero con categoría omite el tema.
REALIDAD-. Identificado como el sentir del clero mexicano no obstante que en tiempos del cardenalato anterior se negaba, el semanario Desde la Fe publicó el domingo: “la realidad nos cala ante la violencia creciente y el desempleo permanente, fenómenos que no se basan en números de encuestas o calificativos ingeniosos”.
Como prueba de su actualidad temática, el semanario toca el tema de cambio de semáforos en rojo o naranja “y actuamos como si estuviéramos en verde”, lo que demuestra una realidad escurridiza y cambiante, con crítica directa a quienes integramos la sociedad de todo el país sin restringir nuestras salidas o bien haciéndolo sin la menor protección, sin cubre2bocas ni nada.
Dando más realismo al comportamiento social, añade el documento que lo hacemos “por nuestra ideosincracia festiva y pachanguera…adornando la tragedia, cantando al amor o al desamor, como dice la canción”. Como verá, la arquidiócesis primada de México no deja a nadie fuera en su crítica dominical, gobiernos y sociedad pues evitar y combatir la pandemia es responsabilidad de todos.
Seguramente el destinatario del editorial del semanario Desde la Fe es múltiple, gobierno federal los estatales y los municipales, pero también la sociedad en general, que es la que sale despavorida tan pronto se entera que ya abrieron los centros comerciales, las playas y muchos centros recreativos, así no haya necesidad urgente de hacerlo.
Innegable que toca el tema de los números y encuestas de las que no obstante que lo niegue, el o los gobiernos de todos los niveles están más pendientes de los que usted se imagina.
El semanario no lo dice pero al señalar que nuestra realidad “no está en los discursos de halago o en las caras de diplomática sonrisa”, no hay que quebrarse la cabeza para descubrir al o a los destinatarios que omiten temas capitales de política internacional que involucran a nuestro país y más concretamente a nuestros paisanos migrantes que por necesidad no por gusto salen.
En tanto, aquí se estigmatiza a los inconformes contra el actual régimen, que surgen espontáneamente cada vez más en varias capitales de los estados, calificándolos de “racistas y clasistas”.
Se confirma una vez más el característico divisionismo gubernamental.
