MONREAL, SU REFORMA ELECTORAL, LIMITADA
Por Eleazar Flores
NO TOCA A PARTIDOS-. Militante de tres partidos políticos gracias a cuyos cambios de camiseta pudo ser gobernador, delegado y hoy senador, Ricardo Monreal, -a tono con su actual jefe- propone reforma electoral lanzando sus baterías contra el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral Federal.
Coincide con este espacio en reducir de once a siete el número de integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral así como el de integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero…
Pero el zacatecano omite disminuir a 350 los diputados federales y a 79 el de senadores, considerando la figura de plurinominales.
Más aún, el “incondicional” Monreal no toca elevar de tres a cinco por ciento de la votación general, como condición mínima para que a los partidos se les dé reconocimiento oficial o desaparezcan.
Todos los considerandos están demasiado claros, salvo la disminución de escaños y curules en las cámaras Alta y Baja, respectivamente, lo que con gusto se le paso al ex priista, ex perredista y hoy moreno, quien casualmente cambia de camiseta cuando el partido al que llega está en el candelero, igualito que los verde ecologistas.
La Cámara de diputados mantendría sus 300 diputados de mayoría relativa para evitar una costosa redistritación y bajaría de 200 a sólo 50 plurinominales, diez por cada una de las cinco circunscripciones en las que la ley electoral ha dividido al país.
Esos cincuenta pluris, normalmente ideólogos de cada partido, que difícilmente ganarían una elección, se dedicarían a legislar y a ocupar la tribuna con participaciones cargadas de su respectiva ideología.
En cuanto a los senadores serían 64 de mayoría relativa, -dos por cada entidad federativa- y quince pluris más, -cinco por cada circunscripción, procedimiento semejante a la asignación de diputaciones-, sumando 79 que es número impar para efectos de futuras votaciones camerales.
Ya en otro espacio le daba ahorros significativos quitando casi 50 senadores y 150 diputados, -lo que justificaría en sí la reforma.
Otro gasto significativo sería que exigiendo un 5 por ciento de votación a cada partido para darle registro. El país se libraría de vividores que con mexicana alegría cambian de partido, recibiendo indicacione$ para aprobar tal o cual iniciativa de ya sabe quién, ¿o ya no son como los de antes?.
A propósito, Monreal, Marcelo y muchos más, forma parte de la clase política de “los de antes”, sólo que a ellos y a muchos más les conviene el olvido.
A tono con su jefe, en su inciativa Monreal enfoca sus baterías contra el INE y el TEPJF, creados por políticos “de antes”.
Todo lo escrito no son ideas personales sino de muchos especialistas.
