La marioneta brasileña

LA MARIONETA BRASILEÑA

Por Rafael Cardona

Persistente, como suele ser nuestro jefe de Estado, ha aumentado su colección de marionetas.

Primero, en su toma de posesión recibió en el despacho presidencial a Nicolás Maduro, títere del comandante Hugo Chávez quien lo maneja desde ultratumba a través de un ave canora con el plumaje de Diosdado Cabello.

–“Me habló Chávez con el trino de un pajarito”, ha dicho el antiguo chofer, inquilino de Miraflores. La magia populista latinoamericana tan dada a la patraña en todo su esplendor.

Después el Señor Presidente recibió al títere de Cristina Fernández viuda de Kirschner, Alberto Fernández, quien aún antes de tomar posesión del cargo en la Casa Rosada, ya estaba de visita en México para recibir inspiración, consejo y quizá una hoja de ruta del gobierno de México. Muchos negocios se hacen con Buenos Aires. Hasta vacunas.

Después, ya en cargo, vino a participar en los festejos del día de la Bandera. Nadie sabe cuál es la relación entre el pendón de Iguala y el sol de los argentinos. Es más, si con alguna nación Iberoamericana tenemos pocas similitudes, es con ellos, quienes conformaron su nacionalidad con la inmigración; no con. El mestizaje propio de virreinatos y capitanías.

Pero todo cabe en el jarrito de la izquierda. Hasta inventar acercamientos tan distantes.

Ahora, la más reciente pieza de importación simbólica ha sido Dilma Ruseff, una antigua guerrillera brasileña, adherida con fidelidad absoluta al Partido de los Pobres cuyo dominio, a pesar de todo, ejerce el célebre Lula da Silva quien se ofrece siempre al mejor postor.

El mismo Lula cuya cabeza decorada con un adorno florido de chamula, acompañaba a Enrique Peña Nieto y a Rosario Robles, en el lanzamiento de la “Cruzada Contra el Hambre”. 

Para entonces Lula ya le había heredado el cargo a Dilma, quien hace unos días participó en un aniversario ficticio de la fundación de la Gran Tenochtitlán, con toda su carga de engañifas y exageraciones.

Lula fue a dar a la cárcel y ha salido de ella hace apenas unos meses. A Dilma la echaron por inepta y además (si usamos el símbolo), por haber llevado la deshonrosa representación nacional cuando el equipo pentacampeón –el desaparecido “scratch du ouro” — sufrió una caída de horror con siete goles alemanes en contra. Eso era suficiente para removerla.

Pero hay otro títere en la colección: Luis Arce quien aquí se asiló con Evo en noviembre de 2019 y regresó en 2021, como presidente de Bolivia, tras unas elecciones dignas de “Juanito” o “La torita” y conmemorar la victoria maya de Champotón. Otra vez el indigenismo infructuoso como materia prima de la neo historia, 

Pero con todo esto en el contexto de la voluntad subrogada, el presidente mostró sus cartas. Para jugar con ellas y proteger otras o para exhibir desde ahora su plan “B”. Si le falla la extensión del mandato. 

Para eso fomenta la docilidad de Claudia Sheinbaum a quien ha puesto a la altura del ombligo de la luna.

Leamos esta zalema a todas luces excesiva. Esos calificativos no los mereció ni Leona Vicario (leona, le dijo Dilma), quien fue deidad tutelar de la 4-T cuando se comparaba su financiamiento independentista para justificar las entregas de dinero de León a Pío. ¿Recuerdan?

Este es el retrato hablado del Señor Presidente (con altas por favor): 

“…Aquí, en la ciudad, se produce el 23 por ciento de toda la riqueza que se genera en el país, de modo que hay una inmensa reserva de energía que está siendo desatada y encauzada con el propósito de convertir a la ciudad en un espacio para el bienestar y el disfrute de la vida.

“Y aquí en la ciudad, en la capital de la República, en la que los aztecas llamaban el ombligo de la luna, gobierna una mujer EXCEPCIONAL, TRABAJADORA, HONESTA, INTELIGENTE Y DE PROFUNDAS CONVICCIONES HUMANITARIAS; me refiero a la compañera Claudia Sheinbaum…”

Honesta, trabajadora, excepcional,compañera, inteligente y humanista de profunda convicción. ¿Algo más en este estuche de monerías?

Nada, no cabe otra virtud.

Y si eso no fuera suficiente, el Ejecutivo le saca las castañas del fuego a la Jefa y le aligera el peso de la desastrosa condición del Metro y sus consecuencias:

“…No podría dejar de decir que en la lamentable desgracia del Metro de Tláhuac seguirá habiendo atención y apoyo para los familiares de las víctimas, y desde luego, el compromiso de conocer la verdad y de hacer justicia…”

Lindas palabras. 

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