CIUDAD DE MÉXICO.- La guerra está declarada.
La alianza gobernante ha decidido dar un golpe técnico en la Cámara de Diputados a fin de que la presida el petista Gerardo Fernández Noroña a partir del 1 de septiembre.
Para ello el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Encuentro Social (PES) le han vendido legisladores al Partido del Trabajo (PT), a fin de hacerlo tercera fuerza.
En respuesta, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) entró en negociaciones con Acción Nacional (PAN) para evitar ese golpe en el Poder Legislativo.
No está claro, pero ha trascendido que el PAN le entregaría algunos votos de su bancada a fin de impedir que el PT sea artificialmente la tercera fuerza en San Lázaro.
-¿Y qué tal si al rato el PT tiene más votos que nosotros, pero nosotros aparecemos con 58 o más? -preguntó el coordinador René Juárez Cisneros en un adelanto de su estrategia.
A ese planteamiento se sumó luego el dirigente panista Marko Cortés, quien dijo que el PAN está a favor de la legalidad y los acuerdos asumidos desde la instalación de la actual Legislatura.
A los priístas les corresponde suceder a Laura Rojas, de Acción Nacional, a quien también intentó regateársele hace un año en abierta violación al reglamento parlamentario.
El PT, al parecer ya con pleno respaldo de Morena y el PES, intentarán hacer presidente de la Cámara de Diputados a ese hazmereír conocido como Gerardo Fernández Noroña.
Al decir de los aliados priístas -falta conocer las decisiones de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC)-, eso volvería a la Cámara en un ente ingobernable.
