CIUDAD DE MÉXICO.- En Estados Unidos la crisis de distribución de la vacuna no es un error del pasado.
Tampoco de la corrupción imperante en los laboratorios y quienes comercializaban en el pasado las medicinas.
Mucho menos del funesto neoliberalismo, como en México.
Es de quienes prepararon una mala logística para hacer que Pfizer llegara con su producto de esperanza contra la pandemia a todos los lugares del vecino país.
Varios estados reclaman porque no han alcanzado las dosis que necesitan y por ello el encargado del proyecto, Gus Perna, salió a hacer la siguiente responsabilidad:
“Fue mi error… Fue un error de planificación y yo soy el responsable”, declaró este sábado a los medios.
La vacuna llegó en días pasados a Estados y la encomienda era que llegara a todos los lugares, en número y condiciones adecuadas, para comenzar a aplicarla a la poblacion.
Sin embargo, ante las quejas, Perna asumne la responsabilidad exlcusiva de un gran problema de lanzamiento de Pfizer.
A la vez, promete modificar los errores de estrategia para subsanar los errores cuanto antes y que no haya problemas más adelante.
Igualito que en México donde tras más de 117 mil muertos y csi 1.3 millones de contagios se afirma que la pandemia está controlada y que no habrá cambio alguno.
Inclusive se prohibió a los diez gobernadores integrantes de la Alianza Federalista que acudan al mercado extranjero para obtener ese medicamento de inmediato y salvar los obstáculos de la burocracia federal.
Al negárseles ese derecho, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador asume el control tanto de la importación como de la distribución y de la aplicación de ésta y las vacunas que ha gestionado México.
Asimismo, el control lo conserva la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) en la autorización y las Fuerzas Armadas en su reparto y aplicción.
