CIUDAD DE MÉXICO.- Evo Morales le hizo fuchi a México.
De nada sirvió el apoyo brindado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien lo rescató cuando falló en su intento de amplio su dictadura en Bolivia.
Ayer viajó a La Habana oficialmente a hacerse una revisión médica, pero en realidad para de ahí preparar su viaje a Argentina y desde ahí, al amparo del gobierno izquierdista en puerta, regresar a La Paz.
El propio Evo Morales dibujó hoy su proyecto en. un mensaje dirigido a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS, en México se llama Movimiento de Regeneración Nacional, Morena).
Les dijo que volverá para lidere la victoria de MAS durante ls elecciones del año próximo, cuando la población será convocada para designar al presidente sustituto.
Los dirigentas de MAS se concentran en Cochabamba y les envió un mensaje telefónico donde dijo regresará para participar en las próximas votaciones, aunque no precisó si como candidato.
El diario Página Siete reprodujo parte de ese discurso:
“Quiero decirles, hermanas y hermanos, por ahora –momentáneamente- estoy fuera de Bolivia. Cualquier momento, quiera o no quiera la derecha, digan lo que digan, hagan lo que hagan, pronto voy a estar en Bolivia para que juntos enfrentemos las elecciones y las ganemos como siempre lo hemos hecho”.
De esta manera deja mal plantado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien decidió rescatarlo cuando los bolivianos se movilizaban masivamente para impedir el fraude electoral.
Este se dio por doble vía.
En primer lugar, cuando convocó a una consulta -¿le suena?- para determinar si se modificaba la Constitución a fin de permitirle participar por cuarta vez como candidato a la presidencia.
La respuesta rotunda fue no.
Pese a ello, se inscribió el día de las votaciones iba en desventaja cuando se fue La luz en el órgano electoral y regreso 24 horas después… ¡con Evo Morales de triunfador!
La gente se movilizó, la Organización de Estados Americanos (OEA) descalificó el proceso y pidió convocar a un nuevo proceso sin la participación de Morales.
Ante el alzamiento general y la descalificación internacional, el gobierno de López Obrador decidió ir a su rescate: le ofreció asilo político, mandó un avión oficial -se había prometido rematar toda la flotilla gubernamental- y hasta revivió al Estado Mayor Presidencial (EMP).
Por ello llegó con toda la protección posible: agentes del EMP, hospedaje en un hotel de lujo en Polanco, vehículos blindados -también se anunció su venta- y luego casa.
A su vez, los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) le ofrecieron dinero para asegurarle ingresos aproximados de 150 mil pesos mensuales, por encima del salario presidencial.
Pero ni eso le bastó y ayer partió a Cuba: ahora espera el viaje a Argentina para desde ahí preparar el asalto de Bolivia, país que gobernó durante 14 años.
