8M, ¿CUÁL VIOLENCIA?
Por Eleazar Flores
CLAUDIA MAL INFORMADA-. Ahora que tanto la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum como su secretario general Martí Batres anticiparon que habría violencia en el desfile-marcha-concentración de las participantes en la fecha conmemorativa del Día de la Mujer, no la hubo.
Qué bueno que haya sido así, desmintiendo incluso al padre de la cuarta transformación quien en sus homilías del púlpito mañanero advertía que el conservadurismo estaba involucrado.
En sus clásicos carruseles declarativos, preferentemente en noticieros radiofónicos, desde el viernes pasado Batres repetía y repetía que “va a haber violencia” pues según sus investigaciones ya hasta habían detectado grupos organizándose con artefactos que podrían emplear en sus marchas del 8M, pero afortunadamente no fue así.
Claro que tampoco fue un día de campo, sobre todo para los cuerpos femeninos de seguridad del gobierno capitalino, sean con uniforme azul o con chalecos naranja con el nombre de “ateneas”, pero por los resultados ya entrada la noche, parece ser que hasta hubo química entre las mujeres guardianes del orden y las manifestantes.
Por supuesto que no faltaron las embozadas de negro, -una minoría por cierto-, pero más insistentes en tirar las barras metálicas, de unos tres metros o menos de altura, con las que se protegieron zonas comerciales, monumentos histórico y desde luego el domicilio particular de la familia López Obrador-Gutiérrez Muller, ubicada en el interior de palacio nacional.
Recordando ediciones anteriores del mismo evento, el del martes ha sido el más pacífico de todos los de los últimos años, o si quiere, el menos violento y respecto a la “química” entre manifestantes y guardianes del orden, hasta saludos y flores se intercambiaron, además de los aplausos espontáneos de algunos contingentes en reconocimiento a las mujeres policías.
Hasta avanzada la noche del martes no se habían registrado ni reportado destrucciones ni daños mayores en establecimientos aledaños a las calles y avenidas por las que se llevaron a cabo los recorridos, que duraron unas cinco horas aproximadamente.
Las justificaciones discursivas, presidencial y de la jefatura de gobierno parece que salen sobrando pues tanta saturación bélica contra el conservadurismo al que se calificó de misógino, racista y clasista por doña Claudia, desentona con una realidad que las propias mujeres con su actitud pusieron en su lugar a los 4teros especialistas en retórica agresiva.
Por lo demás, y sin desconocer algunas desfilantes un poco agresivas, seguramente al calor o la velocidad de las marchas, en términos generales hubo un buen comportamiento, máxime si se da por cierto la participación de unas 75 mil personas, mujeres casi en su totalidad, sin desconocer algunos “infiltrados”, seguramente integrantes disfrazados de los cuerpos de seguridad, que por discretos y eficientes, pasaron casi desapercibidos.
