MORELIA, Mich.- Llegaron las fuerzas federales con ceremonia y promesas de pacificar la región, pero el crimen controla el tránsito e impide el paso inclusive a los organismos públicos que proveen de dinero a la gente.
Y mientras no haya un libre tránsito, de nada servirán las políticas públicas ni los proyectos que la Federación y el Estado pretenden instalar en Aguililla, señaló el párroco de ese lugar, Gilberto Vergara.
“Si no hay condiciones de seguridad, nada funcionara”, declaró con desánimo.
Por ejemplo, citó el anuncio del Banco de Bienestar, del cual no se ha colocado ni una sola piedra.
“Imaginemos a Telecom que tiene que venir resguardados sus funcionarios cada que traen para abastecerlo de dinero. A principios de diciembre fue la última vez que vinieron y no se sabe cuándo vendrá con más recursos”, agregó.
Acá nada es regular, porque acá, en la zona, todo tiene que ser de manera extraordinaria.
Y aunque se trata de hacer cosas extraordinarias, es poco lo que se avanza en Aguililla para poder tener una vida ordinaria.
