CIUDAD DE MÉXICO.- La libertad del futbolista ecuatoriano Renato Ibarra costó aproximadamente 7.2 millones de pesos.
Exactamente 360 mil dólares, sea cuanto fuere en estos tiempos de vaivenes económicos a causa del coronavirus.
Esto a reserva de continuar la investigación sobre el intento de asesinato, lesiones y provocación de aborto que le causó, amén de no poder salir del país en tanto culminan las investigaciones.
Aunque ha trascendido desde distintos lugares, la información la precisa el periódico español El País, aunque el pago no es ni será en efectivo.
Le cederá la casa donde viven, justamente donde fue atacada cuando él estaba “fuera de sí” y ella se escondió en un armario para no ser asesinada.
El futbolista del América -club que le ha rescindido unilateralmente el contrato y no lo volverá a alinear- ha estropeado su carrera y pone en entredicho la política feminista del gobierno federal.
Justo cuando hay un ascenso del movimiento por las reivindicaciones de la mujer y en contra de la violencia y el feminicidio, a él se le ha perdonado por la vía de la negociación con su esposa Lucely Chalá.
Ella y sus familiares fueron bombardeados desde el 5 de marzo, fecha de la reyerta que la llevó a ella al hospital y a él a la cárcel, con ofrecimientos económicos para desdecirse.
Al final lo han conseguido.
Aunque ella hizo declaraciones a TV Notas donde detalla cómo fue la agresión y el intento de asesinato, ante el juez dijo que no recordaba a nada y de esa manera dio libertad a quien pretendió matarla, según sus primeras declaraciones.
El País ha tenido acceso a las declaraciones y en ellas la señora Chalá dice que él “estaba fuera de sí”, que los hermanos del jugador lo detenían para impedir que continuara agrediéndola por su embarazo de diez semanas.
No le importó: él continuaba empujándola y agrediéndola a gritos, al grado de lanzarla contra un guardarropas donde se escondió en tanto a él lo frenaban sus hermanos y llegan a la policía.
Cundo ésta estuvo presente, el futbolista les ofreció cinco millones de pesos -unos 250 mil dólares- a cambio de retirarse, dejarlo en paz y no reportar ningún incidente a sus superiores.
Por lo dicho por la señora Chalá, no es la primera vez que se encuentra entre la vida y la muerte, pues ya antes sintió que escapan al asesinato entre la furia de su marido.
“Fui de las pocas que4, a veces, correr con suerte de quedar con vida”, declaró a la revista TV Notas, de Televisa, empresa también propietaria del club de futbol América.
Aunque Renato Ibarra esté libre y de momento sin cargos penales, no podrá salir del país y difícilmente podrá contratarse con otro club de futbol de Primera división.
La justicia le ha pedido mantenerse lejos de su esposa, tomar cursos de perspectiva de género y cederle el departamento donde viven -valuado en 360 mil dólares- como reparación del daño.
Como si la vida y el riesgo de un aborto pudieran repararse con una suma ridícula frente a los emolumentos del jugador de Ecuador en el club más rico de México.
