CIUDAD DE MÉXICO.— La mayoría de los albergues migratorios han cerrado por falta de recursos o la emergencia sanitaria y miles de personas, mayoritariamente centroamericanos, están abandonados.
Esta realidad obliga al presidente Andrés Manuel López Obrador a llevar este planteamiento ante Donald Trump a fin de encontrar una salida humanitaria, opinó El Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero.
Los problemas se dan en gran medida en el sur, sobre todo en Chiapas y junto al Río Suchiste, donde el gobierno lopezobradorista ha formado un muro infranqueable con decenas de miles de soldados.
Pero también en El Centro y el norte de México, pues se han distribuido en muchos estados: Puebla, estado de México, Baja California, Guanajuato, Tamaulipas, Michoacán, Coahuila y Chihuahua.
La mayoría de ellos han sido construidos y administrados por el Instituto Nacional de Migración (Inami), pero el problema se extiende a muchos de asistencia privada o eclesiástica.
En el marco de la visita de Estado del presidente Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos y, ante la pandemia del Covid 19, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero pidió atender a miles de personas migrantes que se han quedado varadas en territorio nacional.
“Es necesario que ambos presidentes actúen conforme a la magnitud del problema que en México se vive, es necesario atender a miles de personas que ya se encuentran varadas en el territorio nacional que, entre la pandemia y la militarización en la frontera, provocan detener su viaje ”, dijo el abogado José Antonio Lara Duque, por medio de un comunicado.
Expresó que, las autoridades mexicanas han abandonado a miles de personas producto del desplazamiento forzado desde sus puntos de origen y que, por necesidad de llegar a los Estados Unidos, pasan por el territorio Nacional.
Lara Duque dijo que la mayor parte de los albergues dedicados a atender a estas personas –que se han visto forzadas en abandonar su casa y familia– han cerrado sus puertas por falta de recursos para atender a los migrantes.
“La mayor parte de estos centros de atención carecen de recursos y de condiciones sanitarias para recibir a cientos de personas que, tiene la urgencia de consumir alimentos, agua, medicinas, cambiarse de ropa o asearse”, sostuvo.
El integrante del colectivo, recordó que información oficial hace saber que sólo en lo que va de junio se han repatriado a 13 mil personas desde los Estados Unidos, más aquellas personas que llegaron en mayo, cuando fueron repatriadas 12 mil 500 personas.
Es importante señalar que refugios de migrantes en Puebla, estado de México, Baja California, Guanajuato, Tamaulipas, Michoacán, Coahuila y Chiapas han cerrado sus puertas en un intento por evitar una contingencia sanitaria en una población que ya de por sí es vulnerable por el proceso que viven.
Estas entidades mexicanas coinciden aún con un alto nivel de contagio que determina el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a través de un semáforo sanitario que ubica como zonas aún donde se recomienda a la población permanecer aislados.
El número de personas migrantes deportadas aumenta de manera dramática mientras que por el otro frente, cientos de personas que buscan refugio, ya han rebasado la frontera sur de México.
Están al interior del territorio nacional, pero sin atención a sus necesidades básicas, como el acceso al alimento, salud, educación y empleo, por decir algunos rubros que México suscribió con diversos organismos de derechos humanos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se sabe que la mayoría de los albergues de la sociedad civil han cerrado sus puertas, sólo quedan algunos Centros operados por la Secretaria de Bienestar.
Hasta ahora sólo están abiertos algunos ubicados en Tijuana, Baja California, y Ciudad Juárez, en Chihuahua.
Por esto, es necesario y urgente que ambos mandatarios, aporvechen esta oportunidad para emitir una línea de política publica para atender a miles de peronas que se han visto foradas a dejar sus países de origen, comunidades, o tierras para llegar a los Estados Unidos.
