CIUDAD DE MÉXICO.- Un gol en el primer tiempo definió la final inglesa de Champions League entre Manchester City y Chelsea, que se quedó el trofeo conocido como la Orejona, en la que ya toma el té por segunda vez. E
l impulso inicial del juego no fue el pitazo, sino el espectáculo virtual del dj Marshmello y los intérpretes Selena Gómez y Khalid, quienes hicieron olvidar la tensión por lo que se venía después.
El primer gol lo tuvieron los Blues, al minuto 14, cuando Mount entró al área, a velocidad, retrasó para Timo Werner, quien controló y remató, rápido y a la altura del manchón penal, pero a las manos del cancerbero Ederson.
Los primero 45 minutos se jugaron a gran ritmo, de ida y vuelta, en toda la cancha y aunque los equipos pisaban la zona de gol, fallaban en el último toque o las defensas bien aplicadas mataban el peligro, hasta el 42’:
Luego de balón largo, cruzado y filtrado de Mount, Kai Havertz, ya dentro del área y sin controlar primero la pelota, dribló al guardameta Ederson y tocó a las redes para el 1-0; todo ello a velocidad y espectacularmente.
También por Chelsea, tres minutos antes, por una lesión muscular, dejó el campo Thiago Silva y entró Christensen.
Por el choque de su cara con el hombro de Antonio Rüdiger, Kevin De Bruyne dejó el campo al minuto 59, con fuerte golpe a la altura de un ojo y llorando, y en su lugar entró Gabriel Jesus.
En contragolpe y luego de pase filtrado de Havertz, al minuto 73, Christian Pulisic entró al área y disparó, con marca pegajosa, apenas afuera; el gol fue ahogado en el Estadio Do Dragao.
En el resto del juego, Manchester City apretó, pero no pudo acercarse a la gloria.