Tijuana.- Atorados, a 100 metros de la frontera con Estados Unidos, decenas de migrantes centroamericanos se quedaron varados en espera de una visa humanitaria para lograr el sueño americano, pero si consiguieron jeringas y fentanilo, una droga que los consume de a poco.
De cuerdo con información de Imagen Televisión, en Tijuana es común ver a migrantes enganchados con el fentanilo, muchos en silla de ruedas porque han perdido alguna extremidad por complicaciones por el uso de la substancia, blanca, lechosa, en comparación con otras drogas que solían usarse años atrás.
Uno de los hombre dice que está bien porque al menos puede caminar, no como otros de sus compañeros que a penas pueden sostenerse o que ya andan en silla de ruedas.
El hombre, quien dice ser hondureño, comentó que “más o menos” lleva atorado en la zona dos años y que para mantener su vicio recoge botes y los vende al desperdicio.
Una sobredosis de fentanilo puede llevar a un paro respiratorio y posteriormente a un paro cardiaco. Para revertir la sobredosis de dicha droga, se requieren hasta siete inyecciones de naloxona.
Con información de Imágen Televisión
