MINNEAPOLIS.- La ciudad vive un caos, con protestas, incendios, vandalismo y saqueos tras el asesinato de un afroamericano a manos y rodilla de un policía blanco.
Ni siquiera la detención del agente Derek Chauvin calmó los ánimos, pues es acusado de haber detenido el miércoles a George Floyd, someterlo y asfixiarlo mientras le hincaba la rodilla en el cuello.
Los crecientes conflictos que se han registrado durante dos días consecutivos, jueves y viernes, por lo cual las autoridades decidieron declarar el toque de queda.
Un sector de manifestantes tomó negocios, incendió edificios e incita a la violencia contra policías y propiedades privadas, por lo cual se optó por endurecer las medidas.
En algún momento la violencia se extendió hasta el municipio vecino Saint Paul, donde también la Guardia Nacional y las policías locales se han declarado en emergencia.
El tema mantiene bajo observación al gobierno de Donald Trump, quien autorizó el envío de contingentes de la llamada Guardia Nacional, utilizada en condiciones extremas de inseguridad.
Inclusive los gobiernos estatal y municipales no temen ser acusado de represión, pues regularmente el toque de queda se considera usado exclusivamente por gobiernos opresores.
Está vigente de las ocho de la noche a las seis de la magna siguiente y se mantendrá hasta el domingo próximo, en espera de ver la reacción de los manifestantes.
En ese horario podrán ser detenidos quienes se desplacen sin necesidad o bien permanezcan en lugares públicos.
Los únicos exentos son los servicios de emergencia y los representantes del orden, quienes consideran “lugar público” tanto plazas, parques y jardines como calle o callejón.
