AMLO ¿EL MÁS ATACADO?, EL MAS ATACADOR
Por Eleazar Flores
NO ERA TANTO-. Cuando encabezaba la oposición de izquierda el padre de la cuarta transformación se quejaba de los pocos espacios que le daban con intervención de su jefe de prensa César Yáñez. Como presidente cambió.
De inicio se volvió insultativo y hasta sugiriendo “entradas” de notas, – V.gr. Pepe Cárdenas –Radio Fórmula en plena campaña, y así sucesivamente.
Se ufana el presidente Andrés Manuel López Obrador compararse con el apóstol de la democracia Francisco I. Madero, entre otras cosas porque éste fue muy atacado por la prensa de entonces a juicio del tabasqueño, ignorando que las condiciones sociopolíticas del país eran diferentes a las actuales.
Pero hay una gran diferencia entre Madero y López pues el primero jamás se confrontó y menos atacó a periódicos y periodistas, -pues en ese entonces no había ni radio y menos televisión. Consultando las hemerotecas se confirma la especie, es cuestión de empolvarse con olor a papel viejo.
Términos como que los medios forman parte de la “mafia del poder” y que los periodistas son fifís, neoliberales, conservadores, cajamanes y otras “linduras” han salido de la boca presidencial, sea en el púlpito mañanero o en conferencias fuera de la capital del país.
A cambio, no hay constancia de una conducta ríspida y un lenguaje semejante de Madero hacia los medios de comunicación.
Por si fuera poco, llevamos ya dos semanas con una absurda “evaluación” oficial con una “responsable” de esa tarea de cuyo nombre ni vale citar, con errores evidentes que ya fueron denunciados o precisados, y cuyas réplicas mejor ni las hubiera dado pues resultó peor el remedio que la enfermedad.
En esa “evaluación” oficial que se dará todos los miércoles desde el púlpito mañanero, sin el menor cuidado se cita no solo a personas morales, -léase periódicos, televisoras y radiodifusoras-, también a personas físicas y si usted
las ha leído, su único pecado es criticar con bases dando nombres, fechas y lugares.
Esas críticas no siempre van contra el padre de la cuarta transformación, -que las hay sin duda-, pues predominan las de los “floreros”, perdón, colaboradores de primer nivel.
Dentro de ese ramillete de contenidos enjuiciadores, no podrían faltar las inteligentes caricaturas que en una hoja expresan los autores con creatividad inteligente diversos puntos de vista acerca de los hombres y mujeres con poder.
Seguramente presidentes anteriores han tenido opiniones nada amigables hacia los medios y sus periodistas pero jamás las pregonaban y menos consuetudinariamente como ahora, a diario y cada rato, había prudencia.
Aquí vale el “ya no es como antes”, y la interrogante de si por esta animadversión cupular hay tantos colegas fallecidos.
