CIUDAD DE MÉXICO.- Pueden llamarle civilidad.
O hipocresía, según se vea.
Pero este domingo Andrés Manuel López Obrador podrá recordar sus orígenes priístas cundo acuda ante la priísta Confederación Nacional de Trabajadores de México (CTM).
Lo más rancio del Partido Revolucionario Institucional (PRI).+
Lo más caciquil del movimiento obrero.
La organización creada por Fidel Velázquez Sánchez y representantes de izquierda de hace 84 años simulará una renovación inexistente.
Su dirigente seguirá siendo Carlos Aceves Del Olmo, quien a cave de obsecuencia sobrevivió a Fidel Velázquez, Leonardo Rodríguez Alcaide y Joaquín Gamboa Pascoe.
Para intentar dar una nueva imagen, Aceves Del Olmo simuló un congreso de renovación e incorporó a diez incondicionales a posiciones colegiadas, con él de cabeza.
De parte del visitante hay noticias.
Hace unos días estuvo con su delfín obrero, Pedro Haces, con quien reparte afectos igual que con Napoleón Gómez Urrutia, Napito.
Hoy estará enfrente, en la central a la cual pretende desaparecer con Haces o Gómez Urrutia como alfiles para no tener oposición.
Pero no es necesario, el propio Aceves Del Olmo lo ha invitado para mostrarle lealtad.
Y así sobrevivirán los dos: López Obrador como líder del país reconocido por los cetemistas, y anciano y enfermo Carlos Aceves Del Olmo con un ¡añosa central cada vez más débil y menos representativa de los obreros.
No cuenta siquiera con su oposición a la subcontratación, el outsourcing, bandera ahora de Gómez Urrutia para posicionarse cuando ha sido él uno de los impulsores de ese escamoteo a los obreros.
Un dato da prueba de ello, según los mineros disidentes: los trabajadores fallecidos en la mina Pasta de Conchos, Coahuila, eran subcontratados.
Pero él, en lugar de defenderlos, huyó a Canadá acusado de quedarse con 55 millones de dólares pagados por el Grupo México para ser distribuidos entre los obreros de la mina.
López Obrador lo rescató y hoy es senador de la república con inmunidad constitucional.
