CONAGO, CAPUT
AGONIZA-. Desde el momento en que el Partido Acción Nacional anunció la creación de la Asociación Nacional de Gobernadores Panistas se vislumbraron dos cosas: primero el divisionismo y segundo la debilidad negociadora ante el gobierno, dominado por MORENA en casi todo.
Además, en honor a la verdad la Conferencia Nacional de Gobernadores, CONAGO, que nació en plena era panista cuando el presidente Vicente Fox Quezada gobernaba el país, sirvió poco en su conjunto pues desde entonces se dieron cuenta muchos de ellos que a nivel individual lograban más ante las dependencias del propio aparato federal, principalmente en dos dependencias.
La primera, por razones obvias, la secretaría de Hacienda y Crédito Público, en esos tiempos poseedora de toda la independencia operativa pues no existía el centralismo que hoy impera no solo en esta dependencia, también en las demás secretarías que integran el gabinete legal, y del ampliado ni que decir, abundan los “floreros” cuya definición mejor la tiene AMLO.
La otra dependencia era la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, donde se manejaban muchos recursos para la obra pública, como se acentuó en el peñismo.
Con el michoacano Felipe Calderón ni la duda cupo, el mago de las finanzas públicas Agustín Cartens sabía qué decir y sobre todo qué hacer para tener contentos a los gobernadores, que era el principal ángulo de atención presidencial, máxime que en este sexenio los gobiernos perredistas bajaron en número y empezaron a surgir los azules por doquier.
Al retornar el PRI a la presidencia de la república los panistas y perredistas disminuyeron su presencia en las entidades y el tricolor recuperó territorio pero no por mucho tiempo dado que empezó a fortalecerse MORENA a costas del debilitamiento perredista principalmente. Dicho debilitamiento lo aprovecha ahora la cuarta transformación, dividiendo como es su especialidasd.
La coalición de gobiernos panistas que encabeza el queretano Francisco Domínguez, también titular de la CONAGO por poco tiempo, deberá hacer esfuerzos máximos para evitar que se desmorone la Confederación Nacional de Gobernadores, pero los de la cuarta transformación actúan en sentido contrario. El desenlace se verá en este primer semestre.
Con doce bernadores priistas o número parecido en el panismo, ambos partidos gobiernan dos terceras partes de las existentes en el país, pero desde el punto de vista de población, el tricolor parece ir adelante pues con el estado de México le basta para cubrir el padrón de diez entidades más, aun cuando pareciera ser que no por mucho tiempo.
Con el cambio de catorce gubernaturas el año próximo a MORENA se le podrían facilitar más las cosas para integrar su Conferencia de gobernadores morenos, pero falta que lo apruebe ya saben quien.
